La vida es constante evolución. No importa cuánto te niegas a cambiar o a crecer, la esencia del ser humano es estar en constante movimiento. Todo ello porque la vida es un largo aprendizaje que siempre, en su mayor o menor medida, nos deja unas huellas tan evidentes que luego siempre terminamos utilizando estos conocimientos en algún momento de nuestra vida… ¿Y si estos aprendizajes se obtuvieran en cofres? Esa es la idea principal que nos dan con Evoland, un ambicioso proyecto que empezó como un juego free-to-play en la página web de sus desarrolladores y terminó siendo una gran revolución con dos juegos tras sus espaldas.

Nombre original: Evoland Classic.
Plataforma: PC, Mac.
Desarrolladores: Shiro Games.
Género: RPG.

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Curiosidades

Evoland es mucho más que un simple RPG, es un paseo por la historia del RPG. En el caso de hoy podemos ver como hacen claros guiños al juego de zelda con un personaje vestido parecido a Link y una princesa que es una mezcla extraña entre Zelda y la princesa Peach. Pero, independientemente de la similitud física, es fácil reconocer que dentro del juego han sabido captar la esencia pura de los RPG de los años 80 y 90, esos donde un montón de pixeles eran capaces de hacernos disfrutar mucho más que unos gráficos Full HD.

¿Por qué jugarlo? La opinión de una loca de los gatos:

Sinceramente resulta muy difícil ser neutral con esta saga. Desde que lo jugué por primera vez le he tenido un cariño muy especial a este juego. Tal vez fue porque lo jugué cuando al fin, tras muchos meses de molestia, logré comprarme mi compañera de cama (junto a los gatos que vienen y van) llamada PSVita. Sí, puede parecer muy triste que uno de los mejores días de mi vida fue “el día que me compre una PS Vita” pero fue una jornada muy agradable donde hubo de todo: un juego interesante llamado Evoland llegó a mis manos, al fin podía jugar a Persona 4 Golden de la PS Vita (como buena friki de la saga Persona me compré mucho antes el juego que la consola, incongruencias de mi vida, supongo) y pude disfrutar una de esas noches que son típicas pero llenas de magia que siempre recuerdas porque resulta extraño que tanta simpleza te haga sentir tan feliz. Algo tan simple como lo es Evoland.

¿Para qué perderse en gráficos insuperables si la historia no sabe engancharte? Eso me ocurre mucho con los videojuegos. Como buen amante del RPG me gusta que la historia sea brutal y si no puede serlo que al menos tenga un sello de identidad propio mucho más allá que unos grandes gráficos o un diseño de personajes espectaculares. Evidentemente los disfruto como cualquier hijo de vecino pero llega un momento en que me aburre. Pero Evoland tiene ese noseque capaz de ganarse todo tus sentidos. Primero su forma de juego, ir evolucionando a medida que se avanza por el mundo es un bonita analogía sobre lo que es nuestra vida, ¿no crees? Eso hace que sea inevitable darle un punto para Evoland por saber meternos doblada una gran lección de filosofía. Pero la grandeza de su simpleza no se limita solo a ello. El hecho de tener que ir abriendo cofres hace que sea inevitable sentir curiosidad por el contenido del siguiente. ¿Me tocara una mejora gráfica? ¿O aparecerá música? Estas son algunas de las preguntas que te vas haciendo a medida que caminas por ese mundo tan “desnudo” en un principio pero que tú, cual dios, vas llenando gracias a evolucionar. A crecer.

Por desgracia en la versión clásica su música llega a ser tan repetitiva y constante que dan ganas de apagar el sonido del ordenador y huir lejos de Evoland... y sin olvidar ese constante ruidito del personaje al caminar, que se te mete en la cabeza y luego no puedes sacarte el maldito ruidito de la mente. Por suerte este tema lo arreglaron en posteriores versiones… además, ¡siendo gratis tampoco hay que ser exigentes! Ya que el juego en sí es algo que merece la pena jugarlo aunque sea para experimentar un poco con su modo de juego. Como es evidente las entregas posteriores obtuvieron mejoras evidentes en su jugabilidad pero siguen el mismo patrón que la versión clásica donde tienes que ir explorando el entorno para ir desbloqueando las opciones hasta que logras desbloquear la historia la cual tiene guiños evidentes a sagas de videojuegos tan queridas como Final Fantasy, Profesor Layton, Metal Gear, entre otros. Vamos, una verdadera joyita para los gamers exigentes y nostálgicos o a los que son realmente frikis de los RPG.

¡Por cierto! Aunque parezca una gran tontería te quiero dar un gran consejito que me agradecerás si tienes la costumbre de utilizar la ventana de incógnito porque sí (sin necesidad alguna de estar ocultando en tu historial lo que haces o dejas de hacer). Si tienes planeado invertir media hora de tu vida a jugar a Evoland Classic te aconsejo que ni se te ocurra utilizar el modo incógnito. ¿Por qué? Muy sencillo: porque no se graba por mucho que pises decenas de veces los check point. Así que no dudes en jugar desde el navegador normal porque hay partes que son un poco difíciles si no se tiene una gran soltura con este género.

Pros

• La constante evolución del juego resulta curiosa y te atrapa.
• Ese momento nostalgia que todos seguramente vivirán. Arranca suspiros de felicidad.
• Es todo un detalle que esta “muestra” de Evoland sea gratuita en su página web. 

Contras

• Demasiado corto.
• Música muy repetitiva.
• Si juegas en ventana de incógnito no se graba la partida.